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Ya de regreso de la Caravana al Desierto de octubre 2022

Nos merecíamos que fuera así de bien
Mònica Lapeyra Pertussini

Ya de regreso de la Caravana al Desierto de octubre 2022

Cada viaje al Desierto es distinto.

Aunque ya llevo unas cuantas Caravanas en mis ojos y mis pies, cada una de ellas me ofrece nuevos regalos. También nuevas reflexiones y nuevos caminos para nuevas acciones que me conduzcan a sueños importantes para mí.

Es la primera vez que me llueve en el Desierto. Fueron unas gotas durante unos minutos, pero fue muy impactante. En la mañana, Daoud (David) miró al cielo y dijo "esas nubes son de lluvia", y como sé que Daoud conoce bien el desierto, y sobretodo el cielo -las nubes, las estrellas-, me abrí a la alegría y a la posibilidad de que eso, que cayeran unas gotas, se hiciera realidad.

Ese ratito yo iba subida al dromedario. Así que las gotas me llegaron antes que a las personas que iban a pie: subida al dromedario, el cielo está más cerca. Maravilloso, cierto, sorprendente, divertido, ¡se nos escapaba la risa! "Está lloviendo, está lloviendo!", exclamábamos y disfrutábamos...

Durante esta Caravana hemos combinado con mucha fluidez y facilidad esos ratos de mucha alegría y diversión con trabajo personal profundo. El Desierto te abre el corazón, y si te haces preguntas o te propones cambios, es el lugar ideal para que surjan las respuestas o se concreten las acciones para cambiar.

Cuando antes de la Caravana envié a los participantes (Ari, Silvia, Ely, Eva, Josep, Estrella, Victòria, Ona, Ester, Nuri, Sole y Carme) un cuestionario proponiendo actividades para ajustarlas a sus gustos, la respuesta fue, como todo lo demás, facilitadora:

Sí a todo

Este grupo de personas maravillosas ha sido muy diestro en ese cambio de la risa a la introspección, del caminar al descanso, del Chikung a la meditación, del Coaching al contemplar las dunas. Esta ha sido la manera en que la energía ha sido aprovechada con la facilidad con que las olas rompen en la orilla, sin esfuerzo alguno.

Omar, nuestro guía, hombre sabio y líder natural, generoso e inteligente, ha estado impecable. Como siempre. O quizás un poco más, de verdad que se supera en cada nuevo encuentro desértico. Gracias por todos esos detalles, Omar, y gracias a todo el equipo, por hacer magia con lo poquito que hay en esa inmensidad sin nada, y convertirlo en suculentos manjares y delicados salones de baile.

Gracias al fuego, a las estrellas, a la arena, a las dos gacelas y al zorro que se dejaron ver, a la línea sinuosa del horizonte y las dunas, al brillo de la luna y al destello intermitente de las estrellas.

Sobre todo, a las estrellas fugaces, porque nos dan esperanza para cumplir nuestros sueños...

==> En Semana Santa volvemos al Desierto. ¿Te animas esta vez? <==

Ya sabes que yo siempre digo:

Pasar una semana en el Desierto
por lo menos una vez en la Vida.

Te esperamos...