Diumenge, 13 Setembre 2020.
Cuando la incertidumbre se hace menos soportable. Transitar las emociones.
Algunas personas disfrutamos al principio del confinamiento. Algunos días, incluso sentí algo parecido a la euforia, provocada por la imposibilidad de salir de casa y la necesidad impuesta de parar, algo que no consigo por mí misma, ya que soy dada a estar siempre haciendo cosas. Ese fue uno de los regalos del confinamiento, aunque hay bastantes más.
Por suerte, no he perdido a ningún familiar ni amigo, y no he perdido mi trabajo, y en mi entorno afectivo las consecuencias en salud y económicas han sido mínimas. Por eso puedo hablar de "regalos del confinamiento". Me siento afortunada, y a la vez me entristece y angustia saber que tanta gente lo está pasando mal.
Hablo con muchas personas a lo largo de la semana en las sesiones de terapia. Y he podido ir acompañando y observando -y experimentando también en algún momento-, cómo al cabo de unas semanas, o meses, ese disfrute se fue transformando.