En la pareja: "pretendo que me quieras como soy"
Quererme para que me puedan querer Mònica Lapeyra Pertussini

De nuevo en el centro del huracán: aceptar la propia singularidad como pilar para las relaciones íntimas. Empezando por la más íntima de las relaciones, que es la relación contigo mismo, contigo misma.
Yo pretendo que tú me quieras como soy.
Pero para eso es necesario que me conozcas.
Para que me conozcas, es necesario que yo intente darme a conocer.
Para que lo intente, es necesario que no tenga miedo al rechazo.
Así que sólo aceptándome como yo soy, podrás quererme.
M. Emilia Costa.
Intimidad: ser y estar en la relación.
También para las relaciones de pareja.
Y para las relaciones laborales, de amistad, de colaboración... cualquier tipo de vínculo cambia cuando tu propio autoconcepto es evaluado desde la amabilidad, la aceptación y eso ha tenido su efecto sanador en tu nivel de autoestima, para mejorarlo y afirmarlo.
Yo estoy de acuerdo en eso de que para poder estar en pareja es necesario saber vivir sin pareja. Quizás no como condición imprescindible, aunque de lo que estoy segura es de que la experiencia de vivir solo, aporta un montón de recursos y experiencias que te sostienen tanto en la "soltería" como en la convivencia. Hay una parte importante de nuestra preparación para la vida en común que tiene que ver con hacerse cargo de la propia personalidad, de las propias reacciones, de la propia gestión emocional.
Recuerdo una vez que una clienta en terapia me dijo: "yo necesito a alguien que me sepa llevar". Esa frase fue el punto de partida para su darse cuenta de cómo estaba esperando que la pareja resolviera algunos de los problemas que eran suyos, sus "prontos", sus reacciones de malgenio sin motivo, sus caprichos. Fue un momento mágico y muy fértil.
También es verdad que la vida en pareja es un escenario de aprendizaje no comparable a ningún otro. Es un regalo tener a alguien que te confronte, que te haga de espejo, que te sorprenda, que te escuche, que te pida, que esté ahí para que puedas aprender.
Ambos aprendizajes, el de aprender a sostenerse en la individualidad y el de las relaciones sexo-afectivas, son complementarios. Creo que en ambos espacios hay recorrido para el desarrollo personal. Eso sí: siempre que haya la conciencia y las ganas de aprender.
Me remito a Virgina Satir, cuando titula "En contacto íntimo" un libro en el que habla de la autoestima y de cómo relacionarte contigo. También cómo eso influye directamente en tu manera de relacionarte con los demás.
Así que si eres una de esas personas que quieres estar en pareja, y que en estos momentos no la tienes, aprovecha para tu propio crecimiento personal, para aprender a acompañarte, a sostenerte, a quererte, a comprenderte con mirada amorosa. Así, encuentres o no encuentres pareja, podrás hacerte día a día el regalo de tu propia compañía, para que sea la que más esté en consonancia contigo y la que te sea más leal y cálida a lo largo de los años.
Es una tarea con beneficios muy valiososos. Ponte manos a la obra.